A veces, todo empieza con una zapatilla. Para Zey Zerpentz, diseñador chileno autodidacta, el primer destello fue a los 19 años, cuando algo en la estética del calzado despertó su creatividad. “Diseñé una zapatilla digitalmente y después la materialicé”, recuerda. Lo que siguió fue una seguidilla de pruebas, errores y hallazgos: cosía pantalones a mano, experimentaba con telas, pero aún no sentía una decisión firme. “Un par de años más tarde entendí que esto era lo mío”.

En 2023 decidió apostar de lleno. “Al principio no podía materializar de la mejor manera mis ideas, aunque siempre fueron buenas”, dice. Con tiempo y práctica, sus manos comenzaron a alcanzar lo que su imaginación proyectaba. Las ideas empezaron a resonar, a circular. Las redes sociales hicieron lo suyo. Las prendas hablaban por sí solas.

Una de ellas, inspirada en la mítica máscara del rapero MF Doom, llevó el metal al vestuario: bandejas de lata recortadas, unidas a una prenda con esfuerzo. El resultado fue impactante, aunque no tan cómodo. “Trato de que cada prenda refleje el potencial de la idea que tuve, incluso si eso implica complicarse un poco”, admite.

Zey no se considera militante de la moda sostenible, pero reconoce el valor de trabajar con lo descartado: “Usar ropa vieja o basura es gratis, lo que ya es una ventaja. Pero, además, lo limitante de los materiales estimula la creatividad. Se pueden lograr cosas muy buenas por bajo costo”.

Su estilo no surge de las pasarelas tradicionales, sino de una comunidad digital donde la moda es arte, pieza única y provocación visual. “Cuentas como the_1of1_ o custom wearhouse me marcaron. Ahí entendí que quería hacer prendas que cuenten algo, que generen una reacción”.

Hoy está enfocado en crear una colección que le permita no volver a quedarse afuera de oportunidades. “En febrero me invitaron a la Fashion Week de Nueva York y no pude ir porque no tenía suficientes prendas. Fue frustrante, pero esa bronca la transformé en energía para seguir”. También está produciendo contenido donde aparece hablando, preguntando, buscando conversación: “Quiero conectar con la gente”.

Uno de sus proyectos más recientes surgió de la visita a una empresa de ropa de seguridad industrial. Les propuso reutilizar esos materiales para crear prendas de diseño. Así nació una chaqueta hecha con cintas reflectantes, pensada para ciclistas, trabajadores de la construcción, o simplemente para quienes buscan estilo y visibilidad.

A la hora de definir el mayor desafío de su camino, Zey no duda: “Reinventarse. Superar la frustración de sentir que no estás avanzando, de querer rendirte. Pero también, ser capaz de seguir incluso cuando cuesta identificar tu propio estilo. Me enorgullece cuando la gente me dice que ve algo especial en mi trabajo, que tiene una identidad clara, aunque a veces ni yo la vea”.

Sobre la escena chilena, es optimista: “Estamos en un momento de descubrimiento. Nos estamos enamorando de la moda como expresión, como herramienta de conexión. Hay cada vez más eventos, showrooms, pasarelas. Nos gusta genuinamente. En diez años esto será mil veces más grande, y se va a reconocer internacionalmente lo que hacemos acá”.

El panorama no es todo color de rosa. La industria aún arrastra prejuicios, contactos que valen más que el talento y estereotipos difíciles de romper. Pero Zey tiene algo claro: “El talento está hasta en el rincón más oscuro del mundo”.

Y si tiene que decir quién es, se define así: “Soy alguien con ganas de ser mejor que ayer. Busco conectar con la gente a través de mi trabajo, donde pongo toda mi creatividad, sin restricciones, sin límites ni reglas. Porque cuando no seguís las reglas, lográs cosas que no cualquiera haría”.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí