A simple vista parece una película sencilla de adolescentes carente de moda pero una vez que nos adentramos al mundo de Lady Bird es cuando comenzamos a ver profundidades en la trama, los personajes y sobre todo en la indumentaria.
April Napier es la diseñadora de vestuario detrás del film que transcurre a principio de los años 2000 y narra el camino de la adolescencia a la adultez de Christine.
Desde el comienzo notamos la actitud de la protagonista cuando en medio de una discusión con su madre en el auto se cansa de la situación, abre la puerta y se tira del auto en movimiento sin dudarlo.
Quiere llamar la atención, es Impulsiva, imprudente, rebelde y media infantil. Todo esto se ve reflejado en su estética, su pelo color coral siempre esta despeinado y su ropa no es la típica de una adolescente de su edad.
Christine cree que en su ciudad no hay futuro y que todos son conformistas por eso ella quiere irse de ahí, trata de romper los estereotipos, no se siente identificada con la gente que la rodea, se viste diferente y trata de cambiar su nombre por “Lady Bird”.
Su familia no tiene una buena situación económica por eso tiene que recurrir a tiendas de segunda mano para ahorrar y conseguir su ropa. Se aprovecha de esto y como todavía esta auto descubriendo su personalidad, se toma la libertad de utilizar prendas de cualquier época. Su estilo es ecléctico, usa cosas desde los años 50’s a los 90’s dependiendo de lo que va encontrando y le va pareciendo atractivo sin importarle lo que está de moda o lo que usan las demás adolescentes.
Le da su toque hasta al uniforme escolar: le queda fácil dos talles más grande, usa muchas pulseras, gargantillas, medias con estampas y zapatos gruesos con suela tipo creeper. Cuando se quiebra el brazo lejos de preocuparse usa el yeso de color rosado estridente casi como un accesorio más.
En las audiciones de teatro del colegio todos lo hacen con sus uniformes pero Lady Bird se pone lápiz labial y un vestido de punto de los años 70, lo da todo para bien o para mal es totalmente autentica y no tiene miedo de reflejarlo es su vestimenta.
A medida que avanza la historia nos vamos dando cuenta que Christine cambia su forma de vestir de acuerdo con la situación que está viviendo o a quienes la rodean.
Un claro ejemplo es cuando está buscando su look para la cena de acción de gracias organizada por la abuela de Danny. Intenta encajar en el estereotipo de la familia de él, que es muy tradicional. Finalmente encuentra un vestido de encaje bastante romántico de color beige y lo usa con perlas para darle ese toque al estilo “Kennedy”.
Lady Bird si bien tiene un pensamiento más libre, sigue con esa dicotomía de lo que está socialmente aceptado y no por ejemplo cuando le dice a su hermano medio gótico y lleno de piercings: “sabes que nunca conseguirás trabajo con toda esa mierda en la cara”, demostrando que en realidad le interesa mucho encajar socialmente.
Cuando se interesa más en el personaje de Kyle en el afán de impresionarlo su estilo vuelve un poco más alternativo. Usa ese llamativo vestido de encaje fucsia de los años 50’s para el baile de graduación, a diferencia de todas las demás personas que llevan los tipicos vestidos de fiesta de finales de los 90´. Ya que Sacramento está un poco atrasada en cuanto a tendencias de moda, la vestuarista buscó películas de adolescentes de mediados a finales de los noventa como “10 cosas que odio de ti» y lo utilizó como inspiración.
Lady Bird con su indumentaria lo que busca es alejarse lo que más pueda estéticamente de su madre que por lo general utiliza su aburrido y nada expresivo uniforme de trabajo o estampados y collares que son un poco ruidosos y que nos hace preguntarnos ¿Quién era Marion antes de tener una familia?
En la escena de la compra del vestido fucsia podemos ver más a profundidad esta relación madre e hija y lo mucho que Christine busca en el fondo agradarle a su madre, que la quiera y acepte tal cual es.
La protagonista finalmente encuentra su identidad cuando cumple su sueño de ir a la universidad en Nueva York. Se la ve recorrer la ciudad vistiendo un blazer con pantalones de jeans acampanados y botas, tiene un look más maduro y urbano. Es cuando empieza a sentirse mejor con ella misma y aceptarse por eso se presenta ante la gente con su verdadero nombre ‘Christine'».
Se emborracha y se encuentra sola en medio de una ciudad gigante, cae en la realidad de que había romantizado una idea, de todo lo que había perdido y “vuelve” a sus raíces, va a una iglesia y cuando sale llama a su madre.
Se da cuenta de que ama su ciudad, a su madre, acepta y agradece todo lo que esta le ha brindado a lo largo de su vida, quedando en paz con su pasado para poder avanzar hacia un futuro mejor tratando de ser la adulta independiente que siempre soñó.