Me acuerdo que cuando era más joven y aún no había empezado a estudiar ni sumergirme en este “mundo” llamado MODA, todo era alucinante para mí, colores, telas, texturas, modelos, cuerpos, ideas, contexto, marcas, todo era inalcanzable, impoluto.

Con gran entusiasmo, cada mes, los primeros días para ser exacto, esperaba la llegada de una nueva portada, de una reliquia o como algunos de nosotros la llamamos, la “Biblia de Moda”.

Que había de nuevo, que se iba a usar, que color esta estaba en tendencia y que textil de temporada. Ante el ojo latente imperialista, como si fuera ley, llagaba como algo absoluto.

Pero también junto a cada portada llegaba oculto, naturalizado el cómo tenías que lucir, que talla tenía que calzar y a que rango social tenías que pertenecer, si bien el contexto actual, feminista e inclusivo rompió y va a seguir rompiendo estas ideas, me entra en duda que tan creíble son las campañas que grandes marcan hicieron a favor de la inclusión.

Si ya nombramos la palabra inclusión o diversidad, en realidad no se está incluyendo a nadie, porque la inclusión viene de la mano de tener la certeza de que todos somos iguales, entonces desde un punto ¿Qué tan creíble es la idea de que hay espacio, lugar y accesibilidad para todos? ¿Cuán importante son las personas para estas grandes corporaciones? ¿Nos ven como personas individuales y con diversos derechos, o solo nos sectorizan y nos cuentan como consumidores ciegos? Por suerte ya no se compra pensando sólo en el nombre y prestigio de la marca.

Esto no es una crítica directa a las marcas, de echo soy un fiel consumidor tantos de revistas como de marcas de ropa, pero hay que prestar gran atención a lo que se quiere comunicar o para quienes va dirigido. A veces el mundo de la moda puede ser muy frívolo e injusto, de ahí nace la frase de que todos los diseñadores somos frívolos y superficiales, pero de cierto modo esta nueva oleada de profesionales jóvenes, con conciencia de género, de talle y de clase luchamos y tratamos de hacer visible que hay lugar para todos, que no existe una manera determinada de cómo hacer MODA. Hoy años más tardes de haber transitado un camino, que aún me queda mucho por transitar, me di cuenta, supe y pongo en práctica la construcción de una MODA igualitaria, eficaz, cómoda y sobre todo libre.

LA MODA ES TODO AQUELLO QUE TE REPRESENTA Y TODO AQUELLO QUE REPRESENTA E INCLUYE A LOS DEMÁS”

ROMA ATELIER – Juan Roma

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